Hace más de 30 años, un pequeño grupo de amigos, inspirados por el testimonio de la hermana Ana Pérez Cossío —monja y enfermera en la República del Congo—, decidió unirse para ayudar. Conmovidos por el relato de la hermana Ana sobre la dureza de la vida en Brazzaville, marcada por el hambre, la pobreza y la escasez de medicinas, decidieron recaudar fondos para enviarlos a esta misión.

Después del éxito de este primer esfuerzo, tomaron la decisión de continuar con la ayuda, y al llegar la Navidad, optaron por vender vino y destinar todos los beneficios a la misión de Brazzaville. Así nació, en 1989, el «vino de la monja». Con los ingresos del vino y los donativos, lograron enviar ayuda periódica para comprar medicinas, construir depósitos de agua y financiar operaciones, entre otros proyectos esenciales.

Aquella iniciativa de unos pocos amigos se transformó en 2019 en Luz para el Congo-Cluny, una asociación sin ánimo de lucro que canaliza su ayuda a través de las Hermanas de San José de Cluny. La asociación, que amplió su trabajo a Camerún en 2023, ha alcanzado logros significativos gracias a la colaboración de socios y donantes. Uno de estos logros es la construcción de una escuela primaria en Bacongo, que hoy acoge a más de 300 niños y les garantiza una comida diaria, vital para su desarrollo.

La financiación de estos proyectos proviene de la venta de vino solidario, las cuotas de nuestros socios y, principalmente, de las donaciones que recibimos. Con el lema “la calle es la peor escuela”, nuestros objetivos se centran en apoyar la educación infantil y brindar ayuda a centros de salud y hospitales. Sin embargo, nuestra misión va más allá: respondemos a todas las necesidades que las hermanas puedan cubrir, ya que toda ayuda es bien recibida.

Hoy, Ana Pérez Cossío, quien impulsó esta causa, ya ha cumplido 80 años y, aunque está jubilada, continúa cada día en Brazzaville ayudando sin descanso. Como bien dice Ana: “Nadie que toca mi puerta se va sin ayuda.” Desde la creación de la asociación, hemos trabajado de la mano de la provincia de África Central, manteniendo siempre el contacto y el consejo de Ana.

Año tras año hemos ido creciendo, y confiamos en que, con tu apoyo y generosidad, podamos continuar aportando a esta labor tan necesaria.